19 may 2015

Siniestros

A esta hora empiezan a pesarme los ojos, las horas de vida desperdiciada, y estoy cansada aunque no he hecho nada una vez más, ni un solo paso al futuro, ni un pequeño triunfo que saborear mientras intento entrar en el sueño. Nada. El vacío profundo, aterrador, me calza como un guante siniestro la desesperanza, la apatía hacia casi todo el mundo. Me duele el cuerpo de estar tan acomodada a esta rutina estando tan incómoda. Aquí, allá, incómoda en mi propio cuerpo que va haciéndose viejo como el día se hace noche.

Me duelen los ojos, los colores me están matando día a día. A esta hora he absorbido tantas imágenes mudas que creo que estoy lista para renunciar a mi facultad de ver. Fotografías, me seducen, las acepto, me enamoran, pero son demonios que entran en mi sangre para matarme. No, la fotografía nuca va a mostrarme la salida, sigo en esta caverna dibujando sombras. Lo supe hace mucho; que la luz viene de las sombras, y la fotografía no sirve para sanarme, no va a librarme de mí.

No hay comentarios: