21 oct 2010

Gone


Si te viera, me sonreirías desde lejos y harías señas con la mano, confirmando que la distancia es un abismo que no te apetece sortear. Sugiriendo que el abismo no es la distancia sino tu silencio, lo único que me has dado y sin embargo es suficiente para llenar de ti el espacio que no ocupa el frío de la tarde.






18 oct 2010

La mejor escena en la historia del cine


Ahí estaba yo, sentada en el antejardín de la vieja casa. El portal dejaba ver, de vez en cuando, el ir y venir de la gente cruzando a ninguna parte, ajena a mi presencia, tránsito nada más, como una pantalla de televisión reproduciendo mudas imágenes a toda velocidad, la realidad fraccionada y yo ahí, sintiendo crecer la ilusión con la muerte de cada segundo, respirando el aire fresco, no necesariamente frío, de la más perfecta tarde de primavera que haya visto, impresión exagerada, quizá, por la emoción contenida en la espera de verlo llegar. Impaciente. Jugando de vez en cuando con los frutos rojos que los arbustos del prado contiguo dejaban caer a mi lado y sobre mi pelo. Pensando tan profundo, que podía verme, inmóvil en la prolijamente elaborada composición de una fotografía, o de una pintura impresionista. Haces de luz iluminando mi cara, ubicada sin querer, en el lugar preciso en que el sol atravesaba el espacio vacío que quedaba entre la muralla y la renovada exuberancia del jardín. Absorta en las ansias de verlo llegar. Imaginando cómo sería posible que la tarde fuera aún más perfecta sólo por su causa, su silencio inquietante y distante sonrisa. Deseando tan intenso, que nos pude ver también, hologramas fugitivos huyendo de una película que debería en el futuro hacer Ezequiel Acuña, y que, por cierto, tampoco veríamos los dos juntos, porque no, él nunca leería esto.


Ada sin h