acércame
23 dic 2020
Tiene los ojos llenos de algo que yo no he visto.
El año en que no hubo primavera.
Otoño
Miedo
Noviembre
Empezaré a escribir para poder entender lo que me pasa o para dejar un testimonio de lo que no pasó.
Este será mi lugar seguro. Porque tengo miedo de pensar, imaginar y sentir. No soy capaz de hablar. Quizás si logro convertir este momento de mi vida en una historia pueda devolver las cosas a su orden natural. Qué tengo más? miedo o culpa?
Miedo.
Tengo la sensación de que él sabe todo lo que hago, dónde voy, lo que pienso, incluso lo que siento, sólo con mirarme. Su presencia omnipotente e invisible me mantiene sometida a barreras que son imaginarias, pero el miedo es real. Sé que no puedo mentirle, lo sabe todo, siempre sabe todo, hasta lo que todavía no pasa, mis pensamientos antes de que surjan, por eso sólo puedo ser sincera aquí, en este lugar que nadie más conoce.
Soy un animal domado, adormecido, pero late dentro de mí un corazón salvaje, vivo y brillante. Lo sé porque cuando sueño puedo ver espejismos fugaces de mis deseos reprimidos. Entonces me atrevo a pensar, ¿y si pudiera? ¿si un día quisiera ser libre? ¿Sería capaz de dejar para siempre esta jaula segura y lanzarme al vacío de una vida incierta?
Tengo miedo porque no conozco la libertad.
23 jul 2015
La última visita
19 may 2015
Siniestros
Me duelen los ojos, los colores me están matando día a día. A esta hora he absorbido tantas imágenes mudas que creo que estoy lista para renunciar a mi facultad de ver. Fotografías, me seducen, las acepto, me enamoran, pero son demonios que entran en mi sangre para matarme. No, la fotografía nuca va a mostrarme la salida, sigo en esta caverna dibujando sombras. Lo supe hace mucho; que la luz viene de las sombras, y la fotografía no sirve para sanarme, no va a librarme de mí.
Taxidermia
Yo también tengo historias que contar, pero antes de todo estás tú. Como una mariposa encerrada en un frasco, exhausta de mover las alas y no volar a ningún lado. Como los pájaros muertos que guardo en el congelador; inmóviles, el corazón seco, los ojos vacíos, mi alma está atrapada en una vida que no deseé.
Escribir
Poco a poco me fui quedando muda, la vida comenzó a ir tan rápido que olvidé la costumbre que tenía de mirarla desde lejos, lejos de todo y muy cerca de mí. Ese hábito de asumir con naturalidad una existencia poética se volvió ajeno.
Ahora enfrentada a esta página vacía me siento de nuevo entrando a un mundo desconocido. No hay regreso posible, no hay atajos, la única manera de volver a escribir es empezar con la página en blanco.
9 may 2013
Y cada segundo era un paso que dabas alejándote
2 may 2013
El mirador del viento
28 ago 2011
"Rápido, sin llorar"
24 ago 2011
La ultima cena
11 ago 2011
La memoria de los sentidos
3 ago 2011
Crisis de ausencia
Hay un sentimiento aquí dentro, no sé si resbala en las paredes blancas, o me rodea invisible, como el olor de un aerosol anti tabaco de naranja y cedro. Me ofrecen visitas, paseos, me ofrecen de todo menos risa y llanto -cuando vienen juntos y los trae el mismo abrazo-. Me llenan de música y me pierdo en ella, buscando un sonido que desplace -por momentos- a la música del tiempo. Así avanzo, un paso cada día, sin coordenadas ni GPS, a veces caminando con el sol en la cara, otras a oscuras entre la niebla que se mezcla con el humo, pero siempre sin ver nada, habitante anónima de calles que nunca han sido mías. Pasajera etérea en una ciudad demasiado fría para recorrer a solas.
14 jul 2011
El final de nuestra historia en la pantalla de un cine.
6 jul 2011
Pero entonces era martes.
4 jul 2011
Zoom back 1
20 jun 2011
Un cita con mi psiquiatra.
17 jun 2011
Nieve en mis guantes
13 jun 2011
Nada, yo no quiero nada
4 jun 2011
Tiempo hecho espacio
30 may 2011
Razón de mi ausencia
19 ene 2011
El fin del mundo será a las 4:00 am
29 dic 2010
La soledad de los extranjeros
14 dic 2010
Hay un lugar donde van todas las cosas perdidas
9 dic 2010
Ventana azul
Le digo que me gusta su ventana porque parece que siempre es amanecer. Él no dice nada, se ríe a veces, mientras lava la loza apilada en el lavaplatos. Lo que quiero decirle es que me gusta él, pero sólo le digo lo mucho que me gusta su persiana azul. Hace poco llegué, por eso la timidez de siempre, que no consigue ahuyentar el beso con que minutos antes nos dijimos hola en la puerta de calle.
Se ha hecho rutina, pero una rutina tan dulce que sería incapaz de causar hastío a nadie. Cada día la distancia crece un poco más cuando camino a su casa. Lo llamo desde la esquina para darle tiempo de subir a abrirme aunque, de alguna forma, siempre llego antes. Veo su silueta en movimiento a través de las rendijas del portón y el sonido eléctrico de éste al abrirse despierta otra vez mis signos vitales casi detenidos.
Nos saludamos y, entonces, descendemos en fila la pendiente del sendero: él, yo, mi nerviosismo adolescentes y ese miedo tonto de los primeros encuentros. Al entrar me quito la cartera y la dejo caer en el sillón o sobre la mesa, más tarde me sacaré los zapatos y me pondré sus calcetines de lana que ya son míos.
Como para distraer la tensión que me paraliza voy examinando en silencio los rincones llenos de objetos que convierten el espacio en suyo, y él, que no sospecha que también quiero ser suya apenas he entrado a su casa, deambula por ahí desapareciendo a ratos, advirtiendo el secreto riesgo de amar lo que no se tiene.
25 nov 2010
No quiero conocerle más
Le extrañaría, aún sin atreverme nunca a confesarle mi secreta admiración.
Le extrañaría con la alegría de no haber quebrado la dulzura de la posibilidad con el peso torpe de la realidad irreversible.
Le extrañaría al caminar con paso de viernes cubierta por otros cielos distintos.
Le extrañaría, entregada a la suavidad de la distancia que amortigua miedos pero no el amor.
Le extrañaría cuando descubra que nadie me devolverá las horas que sembré mirándolo estar sin atreverme a ser.
Le extrañaría aunque él ahora mismo no quiera saberlo.
Le extrañaría, pasara cuanto pasara y si no pasara nada le extrañaría de igual modo, durante todas las letras, después de todos los sueños, de todas las formas posibles....
18 nov 2010
La distancia que te sigue
Siempre se altera la apariencia de las cosas cuando asomas (tú y la distancia que te sigue). Se altera el aire al tiempo que surges del misterio de las tardes. Aún no sé cómo haces para dejar suspendido el lenguaje, que parecía ser nuestro camino más simple. Cómo salir sana y salva de tu halo incandescente (entrar en él sin eso fatal que me sigue). Cómo dejar de verte habitando las esquinas de mi ciudad vacía. Ven, aprópiate del paisaje (yo guardaría el secreto)...